martes, 14 de julio de 2009

2º. DE MADRID AL CIELO

23 de junio de 2009. 8.00 h. Me despido de mi familia, bajo a por la bici que había dejado preparada la noche anterior y salgo con ella a la calle. Dificil es describir la sensación cuando todo alrededor sigue el ritmo diario del trabajo y tú te marchas calle arriba pedaleando, tanto, que al pasar sobre la M-30 y ver el atasco diario, no me puedo resistir con gran regocijo a sacar una foto con la bici en primer plano y el atasco de fondo, pensando lo afortunado que soy al poder escapar. Pero, como si de un castigo divino se tratase, al pedalear se cuela la cadena entre el eje pedalier y la corona de los platos, de tal manera que pensé que no podría sacarla y que perdería el autobús, sin poder recuperar el dinero del billete -maldigo todo lo maldecible. Menos mal que quedó en un gran susto y pude continuar.







En la estación conozco a los que van a ser mis compañeros de viaje, Antonio -malagueño- y Javier -de Manzanares , Madrid. Llegamos a Roncesvalles por la tarde a eso de las 18.00 h. y ya Antonio nos ha convencido para que empecemos el Camino en St. Jean Pie de Port, 26 kilómetros más allá, hacia Francia. Cambio de indumentaria, nos vestimos de ciclistas, ascenso de 2 kms. y cima de los Pirineos. Estamos tan cerca del cielo que casi podemos tocar las nubes. La bajada a Francia, impresionante por la carretera, sin apenas tráfico. Una ardilla cruza repentinamente y va directa a las ruedas de la bici de Javi, que milagrosamente no cae al suelo. Se nota que estabamos cerca de la providencia divina.
En St. Jean nos alojamos en el albergue de Cristiana. No está mal, si no te importa estar rodeado de gatos, perros y gallos (el albergue se llama Le Coq), eso sí, no se te ocurra entrar con zapatos, la bronca puede ser impresionante, y ármate de paciencia, pues sólo hay un baño. Lo dificil es cenar, pues casi todo está cerrado, pero nos darán de cenar en una taberna abertzale.

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